¿Y cómo va el sector financiero colombiano?
La meta es aumentar la inclusión financiera en sectores productivos y poner en marcha el OpenData.


El sector financiero colombiano avanza hacia 2024 después de superar un año de importantes desafíos caracterizados por un crecimiento económico moderado y un entorno de condiciones financieras restrictivas. Estos factores impactaron negativamente el comportamiento de hogares y empresas, lo que resultó en una disminución en la demanda de créditos y un incremento en los índices de morosidad. A pesar de este contexto, Asobancaria anticipa una fase de renovado optimismo para el sector, con una proyección de crecimiento del 3.8% y una revitalización de la actividad económica estimada en 1.8%. Se espera que una política monetaria más favorable, incluida la reducción de las tasas de interés de referencia, fomente la expansión de préstamos y promueva un entorno económico más dinámico, potenciando la creación de empleo en el sector. La proyección sugiere que el número de empleados en el sector financiero aumentará a 450,000, lo que representa un crecimiento del 7.6% respecto al año anterior, demostrando confianza en una recuperación sostenida y apoyada por una tendencia descendente en la inflación y las tasas de interés, que contribuirán a aliviar las cargas financieras de la población colombiana, según Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research. [1]
Sin embargo, para asegurar este crecimiento, es crucial enfrentar varios desafíos. Especialmente, se hace énfasis en la importancia de mejorar la inclusión financiera crediticia en 2024, con el objetivo de apoyar de manera efectiva los proyectos y aspiraciones de la comunidad. Aunque actualmente 9 de cada 10 colombianos tienen acceso a productos de ahorro o transaccionales, solo 3 de cada 10 disponen de productos de crédito. En respuesta, se busca ampliar el acceso al sistema financiero, con la meta de que más de 1 millón de colombianos accedan por primera vez a un producto financiero, ya sea de crédito o depósito, en 2024, y alcanzar una cobertura total para 2030.
Adicionalmente, el sector financiero se compromete a respaldar la estrategia de inclusión financiera del Gobierno Nacional, focalizándose en el financiamiento productivo de la Economía Popular (EP). Con la meta de otorgar un millón de créditos para esta población para 2026, ya se han desembolsado más de 114,000 créditos en 2023, con el objetivo de llegar a los 300,000 créditos para la EP en 2024.
Este enfoque busca no solo reforzar la economía del país sino también posicionar al sector financiero colombiano a la vanguardia en ciberseguridad e innovación tecnológica. Con inversiones previstas de más de $530,000 millones en ciberseguridad y más de $550,000 millones en tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el big data, el sector se prepara para liderar la transformación digital y asegurar la integridad y seguridad de su infraestructura financiera.
En el aspecto de la gestión de la cartera, el año 2023 evidenció una desaceleración y un deterioro en la cartera bruta, generando un aumento en las provisiones y un impacto negativo en los indicadores de calidad y cubrimiento. Esta dinámica ha mermado la rentabilidad de los establecimientos de crédito, reflejado en un ROE de 6,8%. El crecimiento anual de la cartera bruta de solo 1,9% en diciembre, que alcanzó los COP673,7 mil millones, no cumplió con las expectativas y anticipa retos continuos para 2024. La cartera vencida cerró diciembre con un crecimiento acelerado del 38,9% anual, marcando un deterioro más profundo en la cartera total. Los créditos en mora, especialmente en el segmento de consumo, han mantenido una tendencia al alza, destacando la importancia de estrategias proactivas para mitigar estos desafíos en un entorno económico complejo.
El camino hacia 2024 señala un momento decisivo para el sector financiero colombiano, donde el aprendizaje de los desafíos del pasado se convierte en la base para un futuro prometedor. La expectativa de un ambiente económico revitalizado, junto con esfuerzos concentrados en inclusión financiera y avances tecnológicos, prepara al sector para una transformación significativa. Las iniciativas enfocadas en ampliar el acceso al crédito y en fortalecer la infraestructura digital reflejan un compromiso con el crecimiento sostenible y el bienestar social. A medida que el sector navega por estos cambios, el objetivo es claro: construir un sistema financiero más inclusivo, resiliente y adaptativo que responda eficazmente a las necesidades de todos los colombianos, marcando así el comienzo de una nueva era de prosperidad económica en Colombia.[2]